25 de febrero de 2008

Cuartel Solidario

Reproducimos a continuación el artículo aparecido en el periódico Baena Semanal.
Podemos estar orgullosos de tener un cuartel solidario.







La mesa ya está preparada.

Baena Semanal.- Paulino Cordero (25/02/2008)



Seis y media de la tarde. Cuartel de la 7ª Cuadrilla de Judíos Colinegros. Hora fijada de lunes a domingo, desde noviembre a marzo, para que en torno a un centenar de inmigrantes se lleven un plato calentito a la boca. José Paulino Cordero Aún faltan casi dos horas para que empiecen a acumularse inmigrantes en la puerta del cuartel de la 7ª de la Cola Negra, ese mismo que albergó la pasada Cuaresma un Taller del Paso del Evangelista, o que ganó un premio en las Cruces de Mayo de 2007, el que desde hace un par de años aproximadamente, pueden disfrutar todos los judíos que integran esa cuadrilla. Faltan casi dos horas, pero Carmen y sus compañeras, entran por la puerta y se ponen a trabajar en la cocina. Es bastante posible que hayan dejado muchas cosas preparadas del día anterior y las rematen en estos minutos que restan hasta que lleguen los comensales. Si preparan potaje de garbanzos, les habrán dejado de agua la víspera y ahora toca condimentarlos y empezar a meterles fuego en esas ollas rápidas, que no se sabe si son más enormes que rápidas o viceversa. Rodeadas de cajas de fruta y de tomates, de sacos de pan, se manejan como Pedro por su casa en esas cuatro paredes que albergan un hueco para comunicar cocina con salón. Un salón enorme, pero que se divide con biombos para albergar tres estancias. Una corresponde al aula de español en la que aquellos extranjeros que lo deseen, pueden empezar con los primeros conocimientos del idioma de Cevantes. Está a la derecha de la amplia estancia que reserva un huequecito en el que se colocan publicaciones, mapas, folletos, para que los inmigrantes se sientan identificados con el lugar en el que se encuentran, con su cultura además de con su idioma. También hay guías de juegos, de recursos locales, formas de encontrar empleo, etc. La parte del salón de la 7ª que se destina a comedor, se encuentra perfectamente aprovechado. Mesas y sillas en las que cogen uno ochenta comensales, que incluso quedan dispuestas para un segundo turno hasta donde llegue la comida. Las mesas están puestas. Plato, cubiertos, vaso, servilleta y ensalada para compartir. Quedan pocos minutos para que se abra el comedor y en la puerta esperan rumanos, marroquíes, senegaleses, argelinos, lituanos... ciudadanos del mundo que después de una jornada en la aceituna, o, fundamentalmente, sin poder trabajar, buscan el plato de comida caliente. Es más que probable que quince de ellos, sean los que comparten un piso que el Ayuntamiento les facilita durante una semana en la calle Rey Fernando, como un lugar para abrigar el cuero mientras encuentren trabajo en ese plazo prudencial de tiempo. La enorme pota con el guiso de ternera, que toca hoy, está humeando. Las cocineras con enormes cacetas, están preparadas para ir llenando los platos. Es un proceso rápido. Los inmigrantes entran, se van sentando y hablan. O callan. Y los platos están en las mesas y las personas acogidas a esta medida de integración y solidaridad con el dinero público, echan mano de la cuchara. Comida para cualquier religión. No hay nada de cerdo y el guiso de hoy se ha llevado unos diez kilos de ternera. En apenas cinco minutos, muchos inmigrantes empiezan a abandonar el comedor social. Han terminado y también se les agradece que lo hagan rápido porque un segundo turno, algo más reducido, espera la posibilidad de entrar. Algunos, en su salida, no desperdician la ocasión para llevar el plato y los cubiertos usados a la taquilla, casi tan eficazmente como las personas que trabajan en el comedor que están ahora con la tarea de recoger. Los platos van llegando a las manos de la mujer que en el fregadero emplea destreza con esponja y lavavajillas para dejar aclarados vasos, platos, cubiertos... "De lunes a domingo, aquí estamos todos los días", cuentan. De lunes a domingos, ambos inclusive, como los otros cinco días de la semana y desde noviembre hasta el mes de marzo, funciona este comedor solidario para inmigrantes.