Y por fin, llegó el gran día de los judíos. La madrugada y el amanecer del Miércoles Santo, echar las cajas. Cierto es que ya son pocos los judíos que madrugan a las 5 ó 6 de la mañana, mas los sentimientos y sensaciones son muy difíciles de explicar con palabras viendo amanecer el Miércoles Santo acompañado de tus amigos, pero sobre todo, con tu tambor.El día amaneció despejado, radiante, con algo de frío hasta los primeros rayos de sol. Hacia las 10:30 de la mañana abrimos nuestra Casa de Hermandad para judíos del 7 y acompañantes, para a las 14 horas degustar unas fabulosas papas a lo pobre.