22 de diciembre de 2008

Judíos con Historia. Florencio Alarcón Medina

22 de Agosto de 2008. Las 12 de la mañana. Hace tiempo que tenía ganas de compartir con Florencio un rato de charla. Un rato de charla alejado del mundanal ruido de los bares, cuarteles y ambientes semanasanteros. Sentarme con él tranquilamente y preguntarle sobre sus vivencias.

Me recibe en su casa de la calle Cañada. Detrás de sus 75 años se encuentra una persona buena y sencilla, curtida por la vida y conforme avanzamos en nuestra conversación descubro las dos grandes pasiones de su vida: su familia y su Semana Santa, íntimamente unidos.

Tras sus oficios de panadero y celador en la actualidad se encuentra jubilado lo que le permite dedicar la mayor parte de su tiempo a preparar arreos de judío para él, su familia y sus amigos.

Florencio Alarcón es judío del 7. Se presentó como candidato a esta cuadrilla en Abril de 1957 por motivos de amistad y por, llamémoslo así, ligeras desavenencias con el cuadrillero de la quinta de aquel entonces. No en vano pertenecía a la quinta cuadrilla desde que su padre lo inscribiese en 1933.

“Por aquel entonces- me cuenta - el 7 se había reestructurado, era una cuadrilla pequeña pero cualquier hermano nuevo que se presentaba habría de ser votado en secreto y tengo la satisfacción de decir que no saqué ningún voto en contra. Recuerdo que la votación fue en la taberna de Toribio Ocaña, judío del 7 también, en la calle Juan Valera.”

Me comenta que sus cuatro hijos, nada más nacer lo inscribía en la cuadrilla como aspirantes.

Le pregunto como eran los cuarteles de entonces y una amplia sonrisa se dibuja en su cara al tiempo que me dice “Creo que hoy en día hay muchos judíos que no saben valorar lo que tenemos. Una cuadrilla de poca más de 15 ó 18 judíos más los chiquillos reunidos para descansar en un cuarto de la calle “cordónoveja” donde solo había vino, cerveza caliente (y no para todos), bacalao y garbanzos tostaos, y a pesar de esas estrecheses éramos los más felices del mundo.”

Recuerda lo del Sorteo del bastón de la séptima:
“Demetrio López, Eduardo Alarcón y yo nos turnábamos cuando nos correspondía llevarlo. Dejábamos un tambor en casa. Si es cierto que está costumbre duró poco. Los últimos Sorteos del Bastón mi turno se lo cedía al cuadrillero hasta que poco a poco fue cayendo en desuso porque al judío lo que le gusta es el tambor y antes no era como ahora que tenemos pellejos y tambores de repuesto y la verdad es que tampoco hacía mucha gracia quedarte sin tambor sin haber sido uno el que lo reventase.”

“En el siete de aquella época había pocos tambores que sonaban. No se apretaban más por miedo a reventarlos. Recuerdo con mucho cariño el tambor de Paulín (Pablo Jiménez) que he tenido el orgullo de tenerlo más de 40 años.”

¿Y por qué no te has presentado nunca como cuadrillero?

“A mí lo que me gusta es el tambor. Si es cierto que he sido miembro de la Junta Directiva del 7, como vocal, durante dos mandatos de Vicente Barba y en la actualidad con Francisco Segura. Si en un momento determinado hay que coger el bastón que cuenten conmigo, pero yo no cambio el bastón por el tambor. Y el tambor de chillones. También fui hermano fundador de los tambores roncos de San Juan, pero eso de cambiar de vestimenta tanto el Jueves como Viernes Santo no va conmigo, y sobre todo, no es lo mismo un tambor ronco que uno de chillones.”

Florencio es un maestro en el arte de preparar los pellejos. Se siente orgulloso de que tanto él como su entorno más inmediato no han sucumbido ante la comodidad de los parches de plástico. “Un tambor bien “templao” con su chivo abajo es un tambor de Baena de toda la vida. El sonido es distinto y abarca más, pero si es cierto que el plástico es más cómodo”.
“A mí me enseñó a arreglarlos mi tío Rafael Alarcón, cuyo tambor, “el Regaliz”, es propiedad de Antonio Lara y también Mateo el de la Botica. Recuerdo que Mateo era muy estricto a la hora de preparar los pellejos y el tambor. Con 17 años se lo arreglaba yo, y siempre bajo una severa supervisión. Todo lo que yo he aprendido se lo he transmitido a mis hijos y amigos.”

Y así es. Hace ya algunos años, con la Semana Santa recién pasada, recuerdo haber visto a Florencio con unos pellejos arreglados bajo el brazo y con la sonrisa pícara que le caracteriza decirme “y estos, para el año que viene”.

¿Tienes fama de polémico o solo es a mí a quién se lo parece?

Ante esta pregunta vuelve a sonreír y me cuenta algunas anécdotas como la que una noche de San José en un bar llevaba el su tambor sin reventona y con las anillas subidas y que alguien ajeno de su reunión no hacía nada más que echarle los chillones. Dejó su tambor a su hijo mayor y entonces, el individuo se alejó. Al volverlo a coger él, nuevamente el individuo se le acercó en plan combativo y nuevamente Florencio lo cedió a un amigo que con él iba, entonces el individuo se volvió a alejar, pero a la tercera vez se generó una pequeña discusión.

-“¿Quién es el polémico? Si yo lo único que he procurado es llevar un buen tambor porque si no, no voy a gusto. Tengo miles de anécdotas y recuerdos la gran mayoría muy gratos y que hace pasar muy buenos ratos a los amigos.

Como buen judío, Florencio es un gran Redoblante. Desde hace un año, los sábados de Cuaresma organizamos en la Casa de hermandad un taller de redoble siendo él el maestro. Cada cuatro años, cuando nos toca al 7 de Cajas Y Banderas con energía e ilusión renovada es el primero en apuntarse. Su mayor ilusión es redoblarle a Jesús en la mañana del Viernes Santo. Y de nuevo, un reciente suceso le viene a la mente. En 2006 nos tocó la escolta de las imágenes desde El Paseo a San Francisco. Florencio, con toda la ilusión del mundo por ir con dos de sus nietos y un amigo de estos (judíos de 14 a 16 años) acompañarían a Jesús pese a la oposición del cuadrillero de los hermanos de Jesús que radicalmente se oponía que Jesús llevara cuatro redoblantes, polémica esta que se zanjó con la intervención de nuestro cuadrillero y Hermano mayor de la Cofradía. A raíz de este hecho se recogió en acta que los redoblantes de las Imágenes fuesen tres.

Antes de despedirnos me dice-“Que Dios no dé la fuerza suficiente para poder acompañar a nuestro Padre Jesús durante muchos años” tras la cual me enseña uno de sus tesoros más bien guardados: sus álbumes de fotografías muchas de las cuales las podéis ver en nuestra Web.