17 de mayo de 2007

Llevar las banderas

El Reglamento de la turba de judíos colinegros de 2004 nos dice en su Art. 7º: "Las Cuadrillas de Cajas y Banderas tendrá las siguientes obligaciones:
a) Llevar las banderas de la Turba en todos los actos oficiales de Semana Santa."

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No siempre los judíos de la Turba negra han llevado las banderas. Recuerdo cuando empecé a salir de judío, cuando a nuestra Cuadrilla le tocaba "Cajas y Banderas" había que buscar a una persona, "apañarle" todos los arreos, excepto el tambor, para que las portara en los actos oficiales de la Semana Santa. Por ejercer tal oficio, a estas personas se las gratificaba económicamente. De oídas sé que antiguamente estos costes corrían a cargo del cuadrillero, más adelante se incluía una partida en los presupuestos. De todas formas, uniformarlos correctamente de judíos era tarea que corría a cargo del cuadrillero y de su Junta Directiva. Y la vestimenta de los abanderados dejaba mucho que desear: viejos plumeros, cascos y chaquetas, etc... Así lo recuerdo de mis primeras vivencias como judío a principios de los años 80.
Sobre los abanderados hay anécdotas de todo tipo. Supongo que cada cuadrilla tendrá las suyas. Yo he oído a nuestros mayores hablar que alguna que otra vez no se han presentado a la hora fijada y ha sido el cuadrillero quien a la hora de recoger ha ido con la bandera en una mano y el bastón en otra.
Creo recordar que fue a finales de los ochenta cuando desde la 7ª se propone que sean los judíos de Cajas y Banderas quienes las porten al objeto de dignificar la cabecera de la Turba. Nuestra cuadrilla, junto a la octava, fueron las pioneras. Como toda inovación el tema se debatió ampliamente en la Junta General de la Cuadrilla, con comentarios para todos los gustos... ¿Qué judío iba a dejar su tambor por llevar las banderas...? Pero el asunto cuajó y tanto el 8 como nosotros conseguimos no sin ciertas dificultades establecer los turnos según cada acto oficial: Demetrio López Henares, Vicente Barba, Pepe Cortés, Francisco Segura, el cuadrillero de entonces, Juan Antonio Segura, yo y otros judíos fuimos los primeros.
Aún así, cada vez que nos toca de Cajas y Banderas el asunto es debatido hasta conseguir implicar a los judíos y establecer los turnos.
Llevar las banderas de la Turba de judíos de la cola negra debe de ser motivo de orgullo para el judío que se precie como tal. No en vano, detrá del abanderado de la Turba, desfilan más de 2000 tambores. Me gustaría invitar desde aquí a los judíos, no solo de mi cuadrilla, sino de toda la Turba negra a que al menos prueben ser el abanderado una vez.
Como he dicho más arriba ser judío no se limita solo a tocar el tambor; a salirse de la procesión cuando nos dé la gana. Ser judío es ser cofrade, saber lo que representas en estos Días Santos y conocer tus derechos, pero sobre todo, tus obligaciones.

Juan Carlos Flores