Abro esta sección con la sana intención de potenciar la noble rivalidad, el pique que de siempre ha existido entre negros y blancos. Este tema me ha sido sugerido tras la lectura del Pregón del Judío de este año de mi amigo Pablo Pérez Jorge, coliblanco de pro, y en el que dejaba ver su sentir coliblanco:
"... Desde pequeños los chiquillos empiezan a notar la rivalidad entre colas y cofradías. Los muchachos se cantan unos a otros la popular coplilla, ésa que dice que los "coliblancos son de manteca, los colinegros...". Y empiezan a discernir sobre qué cola es más bonita, en qué turba hay más judíos, quiénes tocan mejor o más fuerte. En definitiva, desde temprana edad los niños comienzan a rivalizar con la ternura que le es transmitida por los adultos, desconociendo que esta competencia ha producido muchos desencuentros. Pero poco a poco los chavales se van haciendo mayores, y se les va enseñandolas conductas de la tradición del judío: plegar las baquetas al paso de la procesión, saludar al cuadrillero en las incorporaciones a la turba, inclinar la cabeza y persignarse al paso de Jesús, no quitarse el casco cuando se toca el tambor... ¡Cuantas veces ha insistido mi padre sobre ésta ultima cuestión! También van aprendiendo el protocolo del judío y el respeto procesional..."
Vamos al tema...
Dependiendo quien la cante y la entonación que le dé ya se le ve el plumero...
"los coliblancos son de .. los colinegros de....", los colinegros son de ..... los coliblancos...."
Una de estas coplillas siempre me ha llamado la atención, más que nada porque no había forma de rebatirle el argumento. De todos es sabido que la Turba Negra participa como invitada el Miércoles Santo en la procesión de Nuestro Padre Jesús del Huerto y la cancioncilla de marras dice así:
Desde pequeño vengo oyendo esta canción, un año tras otro.... hasta que un día se me ocurrió continuarla:
.... La Calle Mesones,