JUEVES SANTO: Un cielo despejado y un sol radiante auguraban un luminoso Jueves Santo. Pocos judíos estaban a la hora fijada en el Cuartel. Tras recoger a la Directiva y Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno la Turba al completo se dirigía al Monumento al Judío donde se obsequió un Ramo de flores y el rezo de una oración por nuestros hermanos fallecidos.
Y del Monumento al Judío a San Francisco para las Confesiones. En un sencillo acto, D. Manuel Cuenca, Capellán de la Cofradía, nos recordaba la importancia del Sacramento de la Confesión.
Tras el trago de vino dulce de rigor en el patio del Convento de San Francisco nos dirigimos a llevar al Hermano Mayor a su domicilio y de nuevo al Cuartel. Quiero felicitar desde estas páginas, tanto en mi nombre como en el de la Cuadrilla, a nuestros Cuarteleros por sus desvelos y su buen hacer para que el Cuartel haya estado tan bien atendido.
Después del almuerzo cuartelero, la bandera, el bastón de la 7 y diez judíos nos dirigimos a la puerta de la Caseta de los Cristales para a las 18.40 comenzar nuestra participación en las Estaciones. Concluida las visitas a los Sagrarios, de nuevo al Cuartel a descansar, charlar y tomar un refrigerio. A la mañana siguiente estamos citados a las 3 de la madrugada para asistir a la Procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.